Spooky News: The Story of The Never-Ending Math Homework

It was a normal Monday day at school, and I was on my way to first period, math. No one likes having math at 8:00 A.M. in the morning, especially when you get homework after. It was that one teacher always gave us homework unless there was a test, and today, we had a pop quiz!
This story is already scary enough for you, isn’t it? After the pop quiz, the math teacher, surprisingly, didn’t give us any homework. The rest of the day was fine, maybe even some classes were fun, like science, but it was after that sends chills. When I got home, like normal, I did a homework check just in case I had any homework.

But, to my horror, sitting right there, right in my math folder, was homework. I didn’t believe it. I clearly remembered that my math teacher, Ms. Decimal, didn’t give us any. At all. *Insert DRAMATIC bum, Bum, BUM!*

I thought I was just tired, or maybe I didn’t remember it. But there it was, needing to be completed. So, like I always do, I did it. I completed it, and the next day, I went to school, again, like normal, and just again, Ms. Decimal forgot to give us math homework.

I went through the day like normal, again, but when I got home, I did a homework check, like normal, again. And to my horror, was more math homework. I couldn’t believe it. My heart began to race, I started to sweat, I didn’t know what was going on.

I had no choice. I finished my homework, put it away, but half an hour later, I did a second check just to make sure I didn’t have any homework left. I stared into my binder. I stared straight into my folder, but it was there. It must have been at least hundreds as much homework as I just had done.

The folder was tearing, already halfway torn. It wasn’t large enough to fit every single sheet of paper of homework with at least twelve questions on it. I closed it, refusing to go any further, but just when I turned my back towards it, it burst open, the folder exploding, the binder stretching to the point of snapping.

The next thing I remember, I was awake on the ground, in my room, covered in homework. It was so dark I was barely able to see the texture of the ground of which my face was lying on. All that homework, it was too much, my door almost burst.

Maybe it’ll keep multiplying until it takes over the entire world. Who knows?

DRAMA NEWS, OUT!

Noticias espeluznantes…

Noticias espeluznantes: La historia de la tarea de matemáticas interminable

Era un lunes normal en la escuela, y me dirigía a la primera hora de matemáticas. A nadie le gusta tener matemáticas a las 8:00 a. m., sobre todo cuando después te toca tarea. Era que una profesora siempre nos dejaba tarea a menos que hubiera un examen, ¡y hoy teníamos un examen sorpresa! Esta historia ya les da bastante miedo, ¿verdad? Después del examen sorpresa, la profesora de matemáticas, sorprendentemente, no nos dejó tarea. El resto del día estuvo bien, quizás incluso algunas clases fueron divertidas, como ciencias, pero fue después de eso que me dio escalofríos. Al llegar a casa, como siempre, revisé las tareas por si acaso tenía alguna. Pero, para mi horror, allí mismo, en mi carpeta de matemáticas, estaba la tarea. No me lo podía creer. Recordaba claramente que mi profesora de matemáticas, la Sra. Decimal, no nos había dado ninguna. En absoluto. *¡Insertar DRAMÁTICO trasero, trasero, trasero!* Pensé que solo estaba cansada, o quizás no lo recordaba. Pero ahí estaba, necesitaba terminarlo. Así que, como siempre, lo hice. Lo terminé, y al día siguiente fui a la escuela, otra vez, como siempre, y otra vez, la Sra. Decimal olvidó darnos tarea de matemáticas. Pasé el día como siempre, otra vez, pero al llegar a casa, revisé la tarea, como siempre, otra vez. Y para mi horror, había más tarea de matemáticas. No podía creerlo. Mi corazón se aceleró, empecé a sudar, no sabía qué estaba pasando. No tenía opción. Terminé mi tarea, la guardé, pero media hora después, volví a revisarla solo para asegurarme de que no me quedaba tarea. Miré fijamente mi carpeta. Miré directamente mi carpeta, pero allí estaba. Debía de haber sido al menos cientos de tareas más de las que acababa de hacer. La carpeta se estaba rompiendo, ya casi rota. No cabían todas las hojas de tarea, con al menos doce preguntas. La cerré, negándome a seguir adelante, pero justo cuando le di la espalda, se abrió de golpe; la carpeta explotó, la carpeta se estiró hasta romperse. Lo siguiente que recuerdo es que estaba despierta en el suelo, en mi habitación, cubierta de tarea. Estaba tan oscuro que apenas podía ver la textura del suelo sobre el que yacía mi cara. Toda esa tarea era demasiado, mi puerta casi reventa. Quizás siga multiplicándose hasta dominar el mundo entero. ¿Quién sabe? ¡NOTICIAS DE DRAMA, YA!